domingo, 18 de mayo de 2008

CIRCULO VICIOSO

Ya he estado en esta carretera antes.
Recuerdo las suaves ondulaciones del asfalto
y esas nubes viajeras por el cielo azul.
Conozco bien esa llanura que se extiende
más allá de los secos matorrales
hasta perderse de vista en el horizonte.
Muchas veces he estado tirado en esta cuneta,
O en una cuneta calcada exactamente a esta.
Es posible que un lugar sea igual a otro lugar,
y hasta puede que no me haya movido nunca
del paisaje que tengo grabado en la memoria.
Aquí la lluvia me ha ido arrugando el corazón
como a un viejo trozo de periódico,
y en ella el sol me ha ido cuarteando
como a esta vieja pared de adobe
que se va desmoronando poco a poco
bajo la simple erosión de mi mirada.
En esta carretera aprendí a detener el tiempo
en el lento humo de los cigarrillos,
y en ella mis ojos se ha iluminado
con todos los resplandores del cielo.
Sé que mis días están fijados
en los espejismos de esta carretera,
en el terco vaho de los sueños
que flotan en la neblina de la tarde,
y en esas líneas amarillas que conducen
a algún lugar perdido de mi infancia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mi infancia me hizo hablar, callar, pensar, actuar, negar, aceptar,... ¿cuantas veces nos preguntamos en que oficio dedicaríamos la mayor parte de nuestro tiempo? Demasiadas, demasiadas ilusiones imposibles de vencer. Difícilmente sabremos lo que vamos a hacer mañana, en qué y cómo vamos a invertir nuestro tiempo. Pensando que yo soy el reflejo de mi persona llego a la deducción que sólo yo tengo la capacidad para decidir y organizar mis propios actos, esos que llevan mi nombre, esos que van a ser distintos a todos los demás. A lo largo de la vida, mi vida, he llegado a esta conclusión, a la de no planear, siguiendo los corrientes por los que me he ido moviendo, pisando unos caminos y no otros, preguntándole al silencio y no a la palabra,... Llegado este punto he decidido no premeditar mas mis actos, mis segundos,... y así confiar en mis valores.